17.10.07

Aventuras y desventuras de un arqueólogo en Toledo

La mayoría de la gente tiene dos visiones de los arqueólogos: o son los del pincelito, o son como Indiana Jones. En realidad no es tan interesante (en ese sentido) como las películas de este. Aunque... pensándolo bien... sí se podría comparar a pequeña escala. No nos persiguen criminales ni nazis con sus metralletas, pero no es raro que cualquier día aparezca el coche del dueño de una finca persiguiéndonos para ver que hacemos por sus tierras, o encontrarnos al guarda, escopeta a la espalda, con su moto para ver si somos de esos que van con los detectores. Tampoco vamos con el machete abriéndonos paso a través de la selva, pero en muchos momentos vendría muy bien para atravesar esos bosques de zarzas, o esas cañas y juncos que crecen en los arroyos, y que después de aplastarlos, y hacerte un camino para cruzar, te encuentras con que el arroyo lleva agua y al otro lado hay una pared... Incluso me ha tocado escalar alguna que otra colina (vale, los demás subían bien, pero una es patosa y a veces necesita las dos manos para subir o bajar ciertas laderas...).



No, la arqueología no es como la pinta Indi, pero en ocasiones se parece un poco.











No hay mapas que lleven a tesoros ocultos y nunca hay una X que marque el lugar (Bueno, a veces sí :P )

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