La reina arqueóloga

Qué sorpresas te llevas a veces. Quien me iba a decir que la reina Sofía y yo teníamos algo en común. Claro que por mucho que haya estudiado arqueología, no me la imagino perdida en medio de la nada, dándole al pico y la pala, llena de tierra hasta arriba, y pasando ocho horas al sol. Ni siquiera la veo como técnica, rellenando fichas y decidiendo donde hay que picar y donde hay que darle con el paletín. Si no hubiera sido reina, dudo que se hubiera dedicado a esto, porque además, como todos sabemos, los arqueólogos no se hacen millonarios.

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Creo que después de este capítulo de Sobrenatural (2x02), los payasos han dejado de gustarme (y las ferias).

Sonrisas

Una simple fotografía te puede hacer sonreir. Y cuando ya son tres, las sonrisas se multiplican.

Trece años después

Y trece años después nos encontramos, de casualidad, en un bar.

-Perdona, te llamas Nuria?
-Sí.
-Soy Sillo.

Años y kilómetros de distancia hicieron que perdiéramos el contacto, tú has cambiado y yo también, pero en el fondo seguimos siendo igual de amigos. Y hablando, descubrimos que las casualidades continúan, que hemos estado en el mismo concierto, en la misma sala, con menos de quince personas, y no llegamos a vernos.

Pero esta vez la tecnología está de nuestra parte.

Días gafes

No sólo los martes y 13 dan mala suerte. A veces un martes y 20 también puede ser gafe. Porque, si de repente te das cuenta de que no puedes hacer lo que pensabas, y debe irse antes de lo previsto; si quieres comprar tres discos (sí, soy de las pocas personas que todavía siguen comprándolos) y en la tienda te dicen que dos no han llegado aún; si el monitor, por su cuenta y riesgo, decide tomarse unas vacaciones; si te llega un aviso de una multa... Si todo eso te ocurre el mismo día, es suficiente para poder decir que es un día gafe?




PD- Parece que una vez que ha pasado el día, el monitor ha vuelto de sus vacaciones

Se ha rebelado

Esta vez le ha tocado al de mesa. Se ha puesto en huelga y el monitor ha dicho que no quiere funcionar, que está cansado y que le deje en paz. De momento le he dado unas horas de vacaciones, a ver si descansa y se le pasa el enfado. Pero mientras, gracias a los líos de cables, conexiones extrañas que tengo en casa, ya no puedo usar ninguno de los dos y he tenido que robar otro para no acabar desaparecida. Misterios del mundo de los ordenadores...

Los cambios a veces duelen

A veces las cosas cambian tanto que no sabes como adaptarte a ellas. Miras a un lado, al otro, esperando ver una sonrisa, una mirada de complicidad, y sólo te encuentras caras extrañas cuyos ojos se preguntan y tú a quien estás buscando. Recuerdas aquel tiempo en el que, mirases donde mirases, siempre había alguien. En cualquier rincón, escondidos donde nadie les ve, había una cara amiga que cuando menos te lo esperabas te tendía una cerveza, que miraban porque sabían que estabas ahí, que no se sorprendían de verte en cualquier punto del mapa, o al contrario, les dabas la sorpresa porque no te esperaban. Recuerdas todas las veces que diste vueltas por en medio de esos cables, que te sentaste en el suelo o en la furgo esperándoles. O todas las que hiciste de guía o te dejaste guiar en pueblos y ciudades desconocidas. Recuerdas cómo te acogieron cuando lo necesitaste, cómo se preocupaban por no dejarte nunca en la calle, cuando te hacían de correo para mandar un regalo. Y todas esas noches, en bares, en la habitación de un hotel, en la recepción, de fiesta o hablando.

Y vuelves a mirar a tu alrededor. Las cosas han cambiado mucho. Ahora se ha hecho grande. Las furgonetas se han convertido en autobuses. Ya no puedes andar entre los cables. La familia ha crecido, tanto, que a veces ni se conocen. Pero ves un nombre, una cara, y sonríes. Y miras un poco más, y allí, escondidos, hay dos rostros familiares. Te acercas y su sonrisa y su abrazo hacen que parezca que todo es igual, y no te importa perderte el final por poder charlar un rato, recordando aquel tiempo en que todo era distinto.

Qué cosas!!

Me ha dado por buscar en google "sigue soñando", y lo que me he encontrado es un grupo de cumbia que se llama así. Claro que no he podido averiguar mucho más de ellos porque, no sé por qué extraño motivo, la página no quiere bajar. Así que me he quedado en su última actualización (que mañana hará un año) y en el principio de su historia. Puede que se cansaran de seguir soñando...

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Porque hay veces que los sueños se rompen mil pedazos, y luego no sabes como recomponerlos....