31.12.07

Año de cambios

Y un año más que se acaba. Este ha sido un año especial, un año de cambios. El 2007 ha significado el final de mi vida estudiantil. En junio celebraba mi licenciatura cuando parecía que no iba a llegar nunca, y en agosto, de un día para otro, me encontraba despidiéndome de una ciudad que me había acogido durante seis años, de unos amigos que había adoptado como parte de mi familia. Sin casi tiempo para asimilar que había dejado de ser una estudiante, me encontré metida en una mudanza express para plantarme corriendo en una nueva ciudad, para empezar una nueva vida, todo gracias a alguien que sabe que siempre será mi niño. Pero esta nueva aventura, esta vez, no la empecé de cero. Esta vez, a pesar de ser una ciudad más grande, más estresante, empezaba rodeada de amigos que han hecho que nunca me haya sentido sola y que la gran ciudad parezca un poquito más pequeña.

Puedo decir que, a pesar de lo mucho que quiero a Salamanca y a todos los que allí dejé, Madrid (o Móstoles) se ha convertido también en mi casa, aunque me siga perdiendo por sus calles y sus carreteras. Este año, con sus cambios, ha hecho que dejara de ver a mis charros favoritos, pero también que pudiera ver mucho más a menudo a todos esos madrileños de nacimiento (si es que hay alguno) y de adopción que antes veía en tan pocas ocasiones, que pueda disfrutar con ellos de unas cañas, quedar para ir al bar, vernos en casa... sin necesitar ninguna excusa ni viaje.

Este año también ha tenido kilómetros y kilómetros, ha sido otro año más de viajes, a veces sola, a veces acompañada. Otro año de conciertos, festivales, aniversarios, cumpleaños, todos distintos y todos especiales por la gente que había alrededor, un año de reencuentros y de conocer a nuevos amigos que hacen que esa pequeña gran familia que somos siempre siga aumentando.

Y aunque casi todo hayan sido alegrías, siempre hay alguna pena, y esa le ha tocado a tiermes. Ha sido raro no pasar unos meses en esas tierras sorianas, perdida del mundo, desconectando de todo, contemplando las estrellas en la tranquilidad de sus noches, rodeada de todos esos termestinos a los que nos une el amor por esa ciudad que, en parte, aún sigue escondida, esperando a que podamos volver para sacar todas sus maravillas a la luz.

Y no me puedo olvidar de mi comarca, a la que según pasa el tiempo, cada vez se echa más de menos. Este año ha sido un año de buenas noticias, de tres buenas noticias que llegarán en el 2008, tres bebés que se suman a la pequeña Nicole, la primera, que aumentarán esa pequeña familia que somos, además del regreso de mi hermano hasta... que vuelvan a entrarle la ganas de moverse de nuevo.

En fin, que puedo decir, que el 2007 ha sido mi año, un año de grandes cambios en mi vida, aunque, en el fondo, yo siga siendo igual. Y un año en el que, haciendo balance, veo que lo más importante es toda esa gente que me rodea, tanto los que tengo cerca como los que estais a kilómetros y kilómetros de distancia. Sólo espero que el 2008 sea, por lo menos, igual que el 2007.

Feliz año nuevo!!!

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