29.7.08

Vacaciones

Parece que la llegada del verano siempre trae cambios. O al menos eso ocurre en mi vida, que los años nuevos no comienzan en enero, sino que se han trasladado a julio y agosto. Hace menos de un mes que me ha tocado olvidarme de los madrugones y empezar a disfrutar de unas largas vacaciones forzadas, lo que, después de los primeros días de bajón, si lo miras desde otro punto de vista no está tan mal. Al menos me he librado de esas largas horas bajo un sol abrasador en estas tierras madrileñas y puedo dedicar las noches a conocer esos bares que esconden la vida nocturna entre semana. Y para mejorarlo un poco más, también puedo aprovechar la temporada de festivales, hasta el punto de tener que elegir entre varios porque, por desgracia, aún estoy esperando a que alguien invente el teletransportador de moléculas.

Y entre conciertos, festivales, y horas de recuperación en el sofá, incluso he podido sacar tiempo para hacer algo de turismo por Turquía, algo que llevaba más de un año deseando hacer, aunque no fuera con la primera persona con quien lo planeé (no importa, si hay que volver, se vuelve).

Sí, en el fondo, creo que no me están sentando mal las vacaciones, aunque de vez en cuando siga echando de menos a aquellos a los que veía a diario...



Pero si alguien necesita arqueólogos, que me avise!!